Hoy es un día gris y el cielo se ha tornado aterrador. Me he preguntado millones de veces el porqué de todo lo que me rodea. Pero la respuesta siempre ha sido algo que no tenía ningún sentido.
Recuerdo que hace tiempo me compré un par de alas para huir en los días tristes, y de tanto que volaron se han roto. Ya no sirven para nada, y ahora me tengo que joder y quedar tirada en esta puta carcel de los sentimientos.
A menudo me gustaría saber contar las cosas sin dar tantos rodeos, ya que a veces simpre llego tarde... Pero quizas sea mejor que las palabras se las lleve el viento... Ya que así podrán llegar mucho más lejos. Más que nunca.
Despidete de mí, soledad, que he conocido a los dioses de la muerte.
Despidete de mi soledad, que la tierra me ha cubierto para siempre.
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